¿Sabes mantener tu piscina en óptimas condiciones?

Si tienes una piscina ya conoces todas las ventajas que te ofrece y lo mucho que puedes disfrutar de ella.

Pero para disfrutar de ella es vital mantenerla en las mejores condiciones cuidando fundamentalmente de la calidad del agua, la limpieza del liner, el mantenimiento general y si quieres disfrutarla durante años como si fuera el primer día el ivernaje de la misma.

A pesar de que parece algo muy complicado, hay muchas personas a las que les gusta mantener su piscina ellas mismas, sin la necesidad de contratar un servicio de mantenimiento. Si tu eres uno de ellos, te interesa mucho lo que te vamos a explicar a continuación, porque Arizón&Gracia, como expertos en la construcción, rehabilitación y mantenimiento de piscinas sabemos bien qué es lo que debe hacerse, así que vamos a ir explicándote en varios post lo que debes hacer:

Mantenimiento del agua

El agua es el elemento que se debe controlar todos los días y para ello se debe hacer un análisis diario del nivel del pH, del cloro y limpiar la superficie.

El análisis del pH es muy importante porque de éste depende la calidad del agua. Si no lo tenemos en los niveles adecuados podemos contraer enfermedades. Los valores en los que siempre debe estar nuestra piscina está entre 7 y 7.8.  Un pH más elevado produce agua turbia e irritación de ojos y mucosas. Si es inferior, el cloro no actuará. Por eso es imprescindible utilizar un equipo de análisis de agua.

Para mantener limpia y desinfectada el agua de nuestra piscina es imprescindible la cloración del agua. Generalmente para ello utilizamos un compuesto químico, llamado cloro que oxida los elementos orgánicos del agua.

El cloro se puede suministrar en tratamientos de choque, que liberan una gran cantidad de cloro normalmente al inicio de la temporada, y tratamientos de acción continuada, que realizan una liberación progresiva de cloro en formato pastillas o granulado siguiendo las instrucciones que indique el fabricante. El cloro se puede poner en el skimmer (sí nuestra piscina no es pública) y en el caso de piscinas desmontables, en una boya flotante, para que no entre en contacto con el plástico o liner.

Hay personas que prefieren no utilizar un compuesto como el cloro para desinfectar su piscina, ya que lo consideran agresivo o simplemente desean utilizar otros sistemas que no incluyan químicos. Para ellos, existen dos opciones: la clorosis salina y el método ultravioleta.

La cloración salina es un  sistema que, acompañado con un regulador/dosificador de pH, es ideal para un mantenimiento automático. Disfrutaremos de un agua perfectamente tratada que no nos irritará los ojos, ni mucosas, no oleremos a cloro, piel más suave, no almacenaremos productos químicos. Existen diferentes equipos, el básico es la electrólisis sin más, luego podemos añadir un controlador/dosificador de pH, y por último y para un control perfecto un controlador de cloro.

El funcionamiento de la electrólisis consiste en generar una pequeña reacción eléctrica que altera la composición de la sal y del agua a su paso por el clorador. De este proceso se crea cloro libre, sodio y oxígeno. El cloro y el oxígeno actúan como elementos de alto poder desinfectante.

La ausencia de cloraminas, la baja concentración de cloro y la acción beneficiosa de la sal lo convierten en un sistema especialmente confortable e interesante. Para que su funcionamiento sea preciso y no tener que estar pendiente del estado del agua constantemente, es muy importante incorporar también un regulador de pH.

El método ultravioleta se basa en las propiedades desinfectantes de la radiación ultravioleta. Por medio de una lámpara UV-C con una radiación de una longitud de onda de 253,7nm se consigue eliminar las bacterias del agua, así como las cloraminas, compuestos derivados del cloro y responsables del característico “olor a piscina”.

El proceso de desinfección consiste en pasar el agua, filtrada previamente, por una cámara en la cual se encuentran dos lámparas de rayos ultravioleta. Los rayos U.V. emitidos inciden en el ADN de los gérmenes, virus, bacterias, microbios, algas y esporas, destruyéndolos en corto tiempo.

Mediante este sistema se consigue una completa desinfección del agua de manera segura y eficiente, a la vez que una excelente calidad y transparencia de ésta.

Y no olvides, que por mucho que la cuides, cada 5 o 6 años se debería cambiar el agua completamente, aunque prácticamente a diario tendremos que hacer aporte de agua nueva por la evaporación de la misma, por lo tanto un análisis del agua de la piscina nos ayudará a controlar la calidad del agua después de tanto tiempo. Sí tu piscina es pública o comunitaria, los controles sobre la misma serán mucho más exhaustivos y deberán cumplir la normativa que exige sanidad.

Otros productos necesarios para el mantenimiento de nuestra agua son los floculantes, algicidas y anticales, todos ellos necesarios para el tratamiento durante estos meses de verano.

Los Floculantes espesan las materias en suspensión provocando su hundimiento para puedan ser absorbidos al limpiar el fondo o a través de la boquilla. De esta manera el agua conserva su transparencia.

Los algicidas impiden el desarrollo de algas que hacen que el agua de la piscina se vuelva verdosa y se ensucien el fondo y las paredes.

Los anticales ayudan a mantener en perfectas condiciones la maquinaria de depuración de nuestra piscina, así como las paredes y el fondo del vaso que pueden verse afectados por el exceso de cal, sobre todo en zonas en las que el agua es más dura, como es el caso de la ciudad de  Huesca.

Bufff… ¿Demasiadas cosas y demasiados productos? No te preocupes, en el mercado existen productos 5 acciones que en una pastilla concentran todas las propiedades antes descritas, para que te sea más fácil el mantenimiento de tu piscina. Si necesitas que te asesoremos, en Arizón&Gracia tenemos una amplia gama de estos productos además del conocimiento necesario para recomendarte la más adecuada.

No te pierdas el próximo post sobre el mantenimiento de piscinas.